Desde ayer viernes 2 de febrero la noticia sobre la “liberación” de tres ministros cubanos ha sido la comidilla de noticieros y espacios de análisis en las redes sociales.

Una de las características históricas del castrismo ha sido y continúa siendo negarle una información amplia y objetiva a la población. Lejos de hacerlo, las notas oficiales se caracterizan por un lenguaje que el lector debe tratar de desentrañar debido a sus eufemismos y ambigüedad.

Ese lenguaje provoca preguntas, pero, sobre todo-y por mucho que los redactores de esas notas oficiales se empeñen en hacerlas lo mejor posible- inconsistencias. Y la reciente “liberación” de los ministros no es la excepción.

La nota oficial publicada por Cubadebate-la gruta de los talibanes del castrismo-, dice:

El Consejo de Estado, a propuesta del presidente de la República y previa aprobación del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, acordó realizar los siguientes movimientos de cuadros:

Liberar de sus responsabilidades como viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación al compañero Alejandro Gil Fernández.

Liberar por renovación a la compañera Rosa Elva Pérez Montoya del cargo de ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, responsabilidad que ha desempeñado por más de 11 años.

Liberar por renovación al compañero Manuel Santiago Sobrino Martínez del cargo de ministro de la Industria Alimentaria”.

Y concluye: “A todos los compañeros liberados de sus respectivos cargos se les reconoció el esfuerzo y la consagración en el desempeño de tan altas responsabilidades y en los próximos días les serán asignadas nuevas misiones”.

En el caso de la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente es inevitable cuestionarse por qué ha sido sustituida si ha demostrado “esfuerzo y consagración en el desempeño de tan alta responsabilidad”, cuestionamiento que se hace más lógico si tenemos en cuenta que el mismísimo Díaz Canel ha sido un defensor público del trabajo de dicho ministerio.

De Manuel Santiago Sobrino no puede decirse lo mismo. No sólo ha sido objeto de memes y críticas en los medios por su promoción del picadillo de tripas y cabezas de gallinas “decrépitas”-estoy usando su propio lenguaje-sino que su gestión al frente de ese ministerio no ofreció un saldo positivo.

Pero sin dudas el caso más significativo de los tres y el que más interés ha suscitado es el del ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil.

Al pronunciarse sobre la destitución de este ministro desde la sede de la Asamblea de la Resistencia Cubana, el exiliado cubano Luis Zúñiga fue muy certero al expresar que este cambio revela el desastre que hoy existe en Cuba, no solo en la economía y las finanzas sino también en la estructura política de la dictadura. Según Zúñiga, Díaz Canel ha buscado un chivo expiatorio para que cargue con la responsabilidad, un método que constantemente ha usado la dictadura para ocultar que los verdaderos responsables son todos los que defienden un sistema político y una estructura económica y social totalmente inoperante cuyo único logro ha sido sumir a Cuba en la más profunda y prolongada de sus crisis.

Ese mismo Buró Político del partido comunista cubano que acaba de aprobar “la liberación” del ministro Gil fue el mismo que se reunió en diciembre y aprobó su paquete de medidas. Ese mismo Buró Político fue el que convocó al Pleno del Comité Central del partido comunista que se celebró en diciembre, reunión en la que varios miembros de ese órgano partidista defendieron la necesidad de las medidas. Luego se realizó la reunión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y como es costumbre, las medidas fueron aprobadas de forma unánime. Entonces, ¿es Gil el único responsable del profundo rechazo popular que ha provocado su paquetazo neoliberal? Obviamente no. Alejandro Gil fue, junto con su equipo de asesores, quien le dio forma a las instrucciones emanadas del Buró Político. Luego presentó su proyecto y este fue aprobado por el Buró Político, el Comité Central, la ANPP y defendido públicamente hasta por el presidente del país. Entonces debe suponerse, por lógica, que el pueblo cubano acogería con extraordinario beneplácito que todos estos parásitos sociales que lo esquilman y viven de espaldas a sus sufrimientos, “se auto liberaran” para no continuar prolongando el sufrimiento de la patria.

Aunque no sorprende el nivel de cinismo alcanzado por el castrismo, este continúa ofendiendo a la inteligencia de los cubanos. Sin pudor ni respeto alguno por las personas que dirigen, el pasado 1 de febrero fue anunciado el aplazamiento de la subida de los precios que iban a aplicarse a los combustibles “debido a un ataque cibernético a los sistemas informáticos” que garantizan su comercialización en línea. Pocas horas después el ministro de Transporte anunció que también se aplazaba la aplicación de las nuevas tarifas a los precios del transporte público de pasajeros. Los nuevos precios de la compañía Cubana de Aviación reflejan un aumento que va desde los 300 pesos actuales hasta 1 706 pesos-en el caso de los vuelos Habana-Nueva Gerona- y hasta 4 350 pesos en el caso de los vuelos Habana-Baracoa, que hasta ahora cuestan $1 350 pesos. Para que se tenga una idea de lo que representa este aumento de precios recordamos que las pensiones y el salario promedio en Cuba son de alrededor de $1 600 y $4 000 pesos respectivamente. En el caso del transporte interprovincial los nuevos precios rondan un aumento cercano al triple del precio actual.

La verdad es que no fue el ataque cibernético-supuesto o real, porque la Western Union suspendió el envío de remesas debido a deficiencias detectadas en los sistemas informáticos cubanos-, el causante del aplazamiento de la aplicación del paquetazo de medidas neoliberales aprobado a bombo, platillo y servilismo el pasado diciembre, sino la honda repulsa que provocó entre los cubanos, incluyendo varias protestas de transportistas privados y muchas más en las redes sociales.

En Cuba hay falta de generación de electricidad, serias deficiencias en los servicios de transporte, educación, salud pública y en la venta de alimentos adecuados a la población. Todavía hay más de dos millones de cubanos que no han recibido la libreta de productos alimenticios por atrasos en su confección y ni siquiera se les garantiza las pocas libras de azúcar que les venden. Una parte de esa azúcar tiene que ser comprada a Francia porque ya Cuba, otrora primer productor de caña de azúcar, no produce la suficiente para las entregas de la canasta básica.

Debido al malestar creciente de la población, la dictadura suspendió las llamadas asambleas de rendición de cuentas del Poder Popular el pasado noviembre y en enero de este año anunció el mantenimiento de su suspensión hasta nuevo aviso.

La dictadura conoce perfectamente que además de la crisis económica, política y social que existe en Cuba, ellos, los que dirigen a los cubanos en contra de su voluntad, pasan por una extraordinaria crisis de credibilidad. Pero además de credibilidad hace muchos años que perdieron la vergüenza, esa que nos hace levantarnos sobre los errores y con humildad reconocer que nos hemos equivocado.

Roberto de Jesús Quiñones Haces

Harrisonburg, VA, 3 de febrero del 2024.

(Publicado en mi blog https://senderodelibertad.com/)

 

 

 

 

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Un comentario en "LA DESTITUCIÓN DE LOS MINISTROS"

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